sábado, 14 de julio de 2012
Las tres pruebas; El Rompe Dedos y El Espejo del Alma.
Usopp tragó saliva sonoramente, observando la llave brillar en su prisión de hielo. Una gruesa gota de sudor resbalo por su frente hasta recorrer su nariz y caer de la punta de ésta hasta el suelo congelado. Con un toque de vacilación alzó ambas manos y apoyó los dedos contra la superficie helada. Todos observaban en silencio, en tensión, tratando de ignorar la impotencia que producía el tener que limitarse a observar y esperar. Luffy estaba sentado contra la puerta, cruzado de brazos, y el ala de su sombrero de paja cubría de sombras la mitad de su rostro. Chopper tenía cierto gesto de susto, abrazado a la cabeza de Noe-moe. Poco a poco, Usopp comenzó a arañar el hielo, escarbando en éste con los dedos desnudos. La escarcha caía suave y lentamente, y el hielo a penas se rebajaba con cada pasada de sus uñas. Continuó y continuó hasta que las puntas de sus dedos comenzaron a quemar debido al intenso frío, y luego dejó de sentirlas. Separó las manos un momento para frotárselas, y en cuanto que hizo ésto, el hielo comenzó a formarse de nuevo a una velocidad vertiginosa, volviendo a la normalidad. Usopp esbozó una mueca de desesperación.
-Q-que!? NO!-
-No puedes parar...-la voz de Zoro llegó grave y firme como una sentencia- si paras, el hielo se regenerará de nuevo y no acabarás nunca...
Usopp se miró los dedos, con algo mas de sensibilidad, y volvió a comenzar de nuevo. Arañaba y arañaba arrancando trocitos de hielo sin parar. Sus dedos se amorataron y el frío entró hasta sus falanges, provocando un profundo dolor sobre éstos. Noe-moe y Chopper mantenían las manos pegadas a las orejas para no oír el rascar continuo de Usopp sobre el hielo y los suaves sollozos de éste, que ya comenzaban a crisparles los nervios. A medida que los dedos del muchacho profundizaban en la dura superficie, la llave quedaba un poco mas y mas cerca. Al cabo de una hora, Hineko dejó de contar el tiempo. Giró la vista para ver el hielo teñido de rojo bajo los dedos de Usopp que escarbaban sin descanso. Éste se mordía el labio con fuerza mientras las lagrimas se derramaban de sus ojos y rodaban por sus mejillas una tras otra. Sus uñas, ahora reblandecidas por la humedad del hielo, se partían y agrietaban, al igual que sus dedos, y no paraban de sangrar, amoratados y rígidos. Al cabo de un largo rato en que ya ninguno podía observar la escena por mas tiempo, la llave se desprendió del hielo, y cayó al suelo con un tintineo metálico. Usopp no hubiera podido agarrarla aunque hubiera querido. Sus dedos, congelados y ensangrentados por completo, lucían morados y escarchados, y no tenían posibilidad de movimiento. En silencio, Luffy se levantó y recogió la llave. Colocó una mano en el hombro de Usopp durante un instante, y luego introdujo la llave en la cerradura, haciéndola girar dos veces. Empujando lentamente la puerta se abrió ante ellos, poco a poco. Chopper saltó de la cabeza de Noe y se acercó corriendo a Usopp, que se miraba las manos con ojos desesperados entre las lágrimas, y un tono de miedo en sus sollozos.
-Usopp!!! E-estas bien!?- Alzó las patitas tratando de coger sus manos y Hineko le apartó.
-Ten cuidado...Sus dedos son muy frágiles ahora, si haces un mal movimiento y le partes alguno, no podrá recuperarlo debido a la septicemia...tu deberías saberlo...-el reno contuvo las lagrimas haciendo muecas de llanto mientras asentía.
-S-si...p-perdón...me dejé llevar...-
Hineko se quitó su pañuelo rojo de la cabeza, soltando su melena pelirroja, y limpió con el las lagrimas de las mejillas de Usopp, cubriendo luego sus manos con la tela.
-Tenemos que parar y hacer un fuego...si dejamos sus manos así perderá todos los dedos...- murmuró Chopper, rebuscando en la pequeña mochila que llevaba a la espalda. Al oír esto Usopp hizo un sonido ahogado y su llanto se volvió mas fuerte.
-No vas a perder ningún dedo...no vamos a dejar que eso pase vale?- Hineko tiraba suavemente de Usopp, haciendo que caminara junto a ellos. Cuando todos hubieron atravesado la puerta, esta se cerró a sus espaldas, quedando sellada de nuevo. Miraron atrás un momento, y luego observaron la estancia en la que se encontraban. Era una habitación completamente vacía. El suelo y las paredes, así como el techo estaban recubiertos de baldosas cuadradas, blancas y negras. Allí no hacía ningún frío, ni corría ninguna brisa, ni nada. No había un solo sonido o movimiento, tan solo una puerta de madera simple frente a ellos, y junto a ésta, un rótulo dorado. Mientras Chopper y Hineko se sentaban junto a Usopp, y el primero vertía agua en un cazo, que la navegante calentaba entre las manos, Noe se acercó a la placa dorada y paso un dedo por ella.
-"Prueba 3; El Espejo del Alma"- leyó a media voz- Qué clase de prueba será?
Poco a poco Chopper vertió el agua tibia sobre las manos de Usopp, y repitió este proceso varias veces antes de que éste comenzara a sentir los dedos de nuevo, y pudiera moverlos. Noe-moe colocó la mano en el pomo de la puerta de madera, y la abrió despacio. El resto observaba en tensión la recuperación de las manos maltrechas de Usopp.
-M-Muchas gracias...- murmuró, hipando suavemente por el llanto y tratando de recomponerse al ver que sus dedos se movían de nuevo, con dificultad. Chopper se llevo una patita a los ojos, sollozando.
-Aaaaah! Usopp! Me alegro mucho de que estés bien!- y corrió a abrazarse a la pierna de Zoro mientras lloraba a moco tendido y este torcía el gesto. Hineko sonrió despacio recuperando su pañuelo, y dando un toque en la nariz de Usopp.
-Ves? Te dije que no perderías ningún dedo...- guiñó suavemente el ojo derecho y Usopp sonrió un poco, sorbiendo por la nariz. De improvisto, un grito agudo de Noe hizo que todos se giraran alerta. La muchacha, agarrada al pomo de la puerta, estaba siendo arrastrada hacia adentro por algo, y sus dedos se soltaban lentamente. Zoro profirió una maldición y echo a correr hacia ella, sujetándola con todas sus fuerzas y tirando de la chica, hasta hacerla entrar de nuevo y cerrar la puerta de un portazo.
-Se puede saber que demonios has hecho!?- El espadachín la zarandeaba de los hombros, con tono nervioso mientras la chica lloraba de forma tan fuerte que era hasta cómica, balanceándose atrás y adelante.
-Nada! Nada! Solo quería saber que había dentro!-
-Qué era eso?- preguntó Franky, levantándose sus gafas de sol y mirando la puerta con curiosidad- Eso que te estaba arrastrando...- Noe secó sus lágrimas con el dorso de la mano y señaló la puerta.
-Dentro hay un pasillo lleno de espejos...los hay por todos lados! Y en ellos se reflejan cosas horribles...al principio no pasó nada, pero luego me asusté...y uno de los espejos empezó a absorberme! Tiraba con mucha fuerza!- Dicho esto se abrazó a Zoro fuertemente- No quiero entrar ahí mas.- Le sacó la lengua a la puerta y escondió el rostro en el pecho el muchacho.
-El espejo del alma, dijiste?- Sanji miraba ahora el cartel dorado, fumando de su cigarrillo- Creo que ya se como funciona...-
-Ilumínanos, genio...-le espetó Zoro, con una mueca burlona que hizo que Sanji entornara los ojos en una mirada de odio.
-Es fácil...Noe ha dicho que los espejos muestran cosas horribles...y que no ocurrió nada hasta que no comenzó a asustarse...-señaló la puerta con el cigarro sujeto entre el dedo indice y corazón-...opino que tenemos que cruzar ese pasillo de espejos, y que al igual que ella veremos cosas que puede que nos asusten. Si flaqueamos...los espejos nos tragarán...pero si conseguimos mantener la calma, podremos cruzar-
-Y como tenemos la certeza de que eso que dices es cierto eh, ero-cook?- Zoro torció los labios con desagrado.
-Solo podemos comprobarlo, o a caso tienes una teoría mejor?- Dijo Hineko, levantándose de su sitio para mirar a Zoro, que ahora guardó silencio. Luffy asintió con decisión.
-Yosh! Vamos! Esos malditos espejos no podrán asustarme!-
Puesto que el capitán había hablado, todos se levantaron y se colocaron frente a la puerta. La tensión se palpaba en el ambiente. Chopper y Noe-moe inspiraban y expiraban suavemente, calmándose y concentrándose. Frente a todos iban Luffy, Zoro y Sanji, decididos y confiados. Al final iban Franky y Brook, y frente a ellos Hineko junto a Usopp, que parecía bastante nervioso y temblaba suavemente, agarrado al brazo de la chica.
-Espero que el espejo no me muestre esqueletos o fantasmas...me dan mucho miedo- Murmuró Brook, seguido de una estridente risa- Yohohohohohohoho!
-Calla y concéntrate saco de huesos! No quiero tener que sacarte de un espejo si se te traga!- Dijo Franky, dándole un golpecito en la espalda. Luffy sujetó con firmeza el pomo de la puerta y lo hizo girar, abriéndola con un chirrido de madera vieja. Dentro, se extendía frente a ellos un largo pasillo, totalmente cubierto de espejos de arriba a abajo. Él dio el primer paso, y el resto de los Mugiwara le siguieron. Los tres que encabezaban la tropa miraban aquí y allá a los espejos, de vez en cuando tragaban saliva, pero se les veía firmes y compuestos. Tras ellos, Noe llevaba a Chopper sobre los hombros, y caminaba con la vista fija al frente tratando de ignorar los espejos. Ambos murmuraban cosas bonitas y agradables en las que pensar mientras avanzaban. Hineko trataba de mantenerse concentrada y tener templanza, a pesar de las manos de Usopp que apretaban con fuerza su brazo. Ella le miraba de reojo de vez en cuando. Sus piernas comenzaban a temblar suavemente y un suave sudor empezaba a perlar su frente. Brook giraba la cabeza a un lado y a otro, mirando hasta con curiosidad, y Franky trataba de hacer que éste ignorara los espejos. Todo parecía ir bien hasta que los dientes de Usopp comenzaron a castañetear.
-Usopp...recomponte quieres?- Murmuró Zoro entre dientes, con gesto molesto, pero el chico no parecía estar oyéndole. Sus ojos iban de un lado a otro, parecía al borde del colapso.
-N-No...n-no puedo...e-es horrible...- susurraba entre temblores.
-Usopp por favor, ya casi estamos...-Hineko colocó una de las manos sobre las suyas. Al fondo del pasillo, ya se veía la ultima puerta, igual a aquella por la que habían entrado. Usopp negó con fuerza y ella supo que no aguantaría. En una fracción de segundo, él cerró los ojos con fuerza, demasiado asustado para mirar, e instantáneamente el espejo a su izquierda se desdobló y se convirtió en una masa acuosa, con aspecto de plomo líquido, que se enroscó alrededor del tobillo de Usopp y comenzó a tirar de él, arrastrando a Hineko, a quién el muchacho mantenía sujeta aún del brazo.
-No me sueltes!- gritó Usopp entre sendas lágrimas, aferrándose a ella como su última esperanza.
-No lo sueltes!- Gritó Luffy en cabeza, acercándose para tirar de él también.
-Suéltala! la vas a arrastrar contigo! - Gritó Sanji, mas preocupada por la vida de la chica que otra cosa.
Todos comenzaron a tirar de Usopp, arrastrándolo por el pasillo, mientras el resto de espejos comenzaba a deshacerse de igual forma, tirando de él, decididos a llevárselo con ellos. Zoro apretó los dientes y en un alarde de fuerza dio un fuerte tirón del peto de Usopp, arrancando al chico de las garras de los espejos, que volvieron a su forma original. Poco a poco todos sonrieron, y Noe dio un salto de alegría, abalanzandose a abrazar al espadachín.
-Aaaah! Zoro eres el mejor! menuda fuerza!-
En mitad del alivio y la alegría de la tripulación, un crujido llegó del fondo del pasillo de espejos. A ese crujido le sucedieron varios mas, y el sonido de cristales rotos. En una milésima de segundo todo el pasillo comenzó a venirse abajo. Los espejos se quebraban y caían al vacío que quedaba en su lugar, una nada negra y profunda.
-Qué es eso!? Que pasa!?- Luffy miraba a todos lados sin comprender.
-¡Parece que alguien a cabreado a los espejos!- Sanji le dio un codazo a Zoro, retrocediendo poco a poco. Noe se separó de Zoro y dio un salto, alzando el puño para darle un soberano capón.
-Zoro! Maldita sea! Cabeza hueca!-
-¡No hay tiempo! ¡Tenemos que irnos de aquí!- Gritaba Franky de fondo. Luffy estiro un brazo hacia la puerta, abriendo ésta y aferrando el marco con fuerza.
-Dejádmelo a mi...-Dijo, al tiempo que estiraba el brazo libre y rodeaba a toda la tripulación como un lazo. En seguida y de un fuerte tirón, el grupo al completo fue arrastrado hacia la puerta, chocando contra esta y entrando de forma brusca cuando Luffy contrajo los brazos de nuevo. Hineko estiró una pierna, aun en el suelo, y cerró la puerta de una patada.
-¡Malditas pruebas! ¡Me tienen harta!-
-Hine-chan es tan hermosa incluso cuando se enfada...-coreaba Sanji tendido en el suelo, meneándose como un flan.
Toda la tripulación se fue recomponiendo de nuevo, entre quejidos y sonidos lastimeros por el golpe.
-Ey chicos...mirad...- Murmuró la voz de Noe que, de pie, señalaba ahora al fondo de la estancia. Ésta estaba a oscuras, a excepción de un foco de luz blanca que iluminaba a un señor mayor, con una larga barba que se desparramaba por sus costados hasta el suelo, y que estaba sentado en trono de piedra oscura. Tras el, dos enormes puertas, tan grandes que podrían haber pasado dos barcos por ellas, descansaban cerradas. Ambas eran rojas y metálicas, idénticas. Mientras los Mugiwara admiraban las dimensiones de éstas, un carraspeo rompió el silencio y todos bajaron la vista hacia el viejo hombre, que los observaba ahora detrás de unos lánguidos párpados caídos. Su voz, gastada y ronca, rebotó en las paredes de la habitación, creando un eco envolvente.
-Bienvenidos...a la Puerta de Tormenta Eterna...-
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